Queridos amigos:
De nuevo estoy con vosotros para terminar de contaros mi viaje a California y Las Vegas.
Aunque mi llegada no fue de lo más afortunada, como sabéis, la estancia en aquel país se convirtió en una gran aventura desde que salimos del aeropuerto.
Me llevaron de visita por toda la costa de California, desde Los Ángeles a San Diego, desde donde se divisaba otro país, Méjico. Y aunque mi inglés es poco fluido, afortunadamente pude hablar en español con mucha de la gente que eran de origen hispano.
Disfruté de las playas inmensas y subí en los coches que los vigilantes de las playas conducen para controlar el Océano. Saludé a algún Sheriff que posaron conmigo para inmortalizar aquellos momentos. Visité muy a menudo las tiendas gigantescas de ropa a las que llaman «mall» donde compré muchas cosas, tantas, que me tuvieron que dejar otra maleta para volver pues no me cabía en una sola. Visitamos Temécula, zona de vinos, las inmensas bodegas californianas me cautivaron, y el vino todavía más, no había probado un vino más espectacular, ni siquiera en España. Y hasta aquí todo precioso, salvo… aquel maldito tejano, de Texas, al que conocimos en un restaurante y que me persiguió por toda la costa californiana y más allá.
Durante una comida en un restaurante mejicano Ranchito Avila´s, se acercó a nuestra mesa un hombre muy alto y grande en todos los sentidos, exteriormente claro. Nos dijo en un español mediocre que alternaba con un inglés fuerte, que nos había oído hablar en español, idioma que le encantaba. Me preguntó si estaba casada, le dije que no y que estaba de vacaciones visitando a unos amigos. Su cara se iluminó al saber que no estaba casada y ahí empezó nuestro calvario y nos persiguió por toda California. Nos lo encontrábamos en cualquier sitio, como restaurantes, tiendas, playas…
Se hacía el encontradizo y en el primer encuentro «fortuito», aceptamos su invitación a comer y ahí se confundió y perdimos la primera batalla, pero no la guerra.
La primera salida mañanera fue la visita que realizamos a San Juan Capistrano, donde se ubica la Misión más grande de California, que fue erigida por Fray Junípero Serra allá por 1776. En esta Misión me pareció ver a lo lejos al hombre tejano, aunque como soy miope y había mucha gente, pensé que era imposible haberlo visto allí.
Al día siguiente, visitamos la ciudad costera de Laguna Beach donde visitamos la galería de arte de Robert Wyland, con sus esculturas de la vida marina y pinturas al aire libre de la misma vida. Al día siguiente le tocó el turno a la ciudad de Irvine. Después del paseo y las visitas obligatorias, paramos a descansar en una cafetería del centro comercial, ¿y quien se sentó en la mesa de al lado?, si… el tejano dichoso y pesado. No podía ser, ¿otra vez allí?, estaba claro que nos estaba siguiendo, pero, ¿cómo?, ¿sabía donde vivíamos y nos seguía?, ¿nos había puesto un dispositivo GPS en el coche? Así que me encaré con él y le advertí que si no deponía su actividad íbamos a llamar al Sheriff. Él se sorprendió porque no esperaba mi reacción, y como mi inglés no es muy fluido y su español tampoco, aunque él presuma de que lo habla, se lo decía en español, y mi amiga Mari Carmen se lo traducía en mi mismo tono.
Mari Carmen tomó el mando y le aclaró en inglés que lo único que quería era darme una pulserita que creía que era mía. Y sí, era mía, la había echado en falta pero no era importante para mí. Y sentí vergüenza y me disculpé, por supuesto que en español y si no lo entendía, pues era problema suyo…
A mi vuelta, ya en mi casa, mi conga no era la misma que había dejado un mes antes, ésta no me miraba, le decía algo y miraba hacia otro lado. Se comportaba de la misma manera altanera que yo cuando me disculpé… con el tejano. Y la vida me puso en mi sitio…
El viaje a Las Vegas, lo leerán en mi próximo capítulo.
Frase del día: LA ENVIDIA Y LA IRA, ACORTAN LA VIDA.
Seguimos con la vida y os voy contando.
Hasta pronto.
Genial Manoli, cómo siempre..intuitiva y emotiva.
Gracioso el episodio con el tejano
Un fuerte abrazo, aunque no sé si aún te acuerdas.
No sé quien eres. Me lo recuerdas?