Hola, amigos:
Mucha gente no sabe qué decir ante las tragedias en la vida de los demás (entre ellas me cuento yo también) y cada uno me aconseja de diferente manera para ayudarme. Lo agradezco de corazón. Por ejemplo: que le escriba una carta de despedida, pero lo pienso y me digo, ¿cómo voy hacer eso, si sigue conmigo? si yo no quiero que se vaya de mi lado. Pienso en él y puedo oír su risa y sus bromas, esas que tanto me hacen reír. Y esas conversaciones llenas de sonrisas que manteníamos antes de dormir. Como voy a querer dejar de oírle, de mirarle, de sonreír cuando le imagino mirándome, o cogiéndome la mano cuando cree que duermo, porque entonces ¿qué me queda?
Me dicen, que le agradezca todo lo que he aprendido de él, que le recuerde todas las cosas que nos quedaron sin hacer, las ilusiones que íbamos a materializar este año, los viajes que se quedaron en tierra…
Pero mi casa sigue impregnada de su presencia. Veo su pijama colgado en la percha, sus zapatillas, y la infinidad de detalles que me regaló esparcidos por mi casa que no quiero olvidar.
De momento no puedo aceptar que ya no esté y que nunca lo vaya a volver a ver porque no es posible, sigo sin entenderlo. Tendrá que ser más adelante.
Agradezco en estos momentos, más que nunca, tener a mi nieta Adriana, de nueve años, que me transmite tanta energía… Hace unos días y al verme triste me dijo: «Abuela sabes que yo estoy tan triste como tú». Y, ¿por qué?, le pregunté. «Porque él iba a ser mi abuelo, e iba a venir a mi comunión, por eso estoy triste, pero no te preocupes abuela que ahora está en el Cielo con Dios y con «Gala» (Gala era una perrita pastor alemán que teníamos en casa a la que ella no llegó a conocer) y tranquila abuela que él te está cuidando porque se ha convertido en tu Ángel de la Guarda». Y sentí, de nuevo, una caricia en el alma.
Yo creo que ella, Adriana, se ha convertido en el Ángel de la Guarda de muchos de nosotros. Lástima que no pueda disfrutar de ella tanto como desearía. El cole se interpone entre nosotras.
Continuo con la vida y os sigo contando.
Hasta pronto amigos.
Yo creo que haces muy bien en mantenerlo vivo. Eres un ejemplo. Un abrazo muy fuerte.
Es muy bonita la forma en la que estás compartiendo lo que sientes en este momento. Muchas personas se sentirán identificadas contigo. Y además: ¡qué joya de nieta tienes! ¡La adoro!
Un abrazo fuerte
Cristina