Capítulo 39

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Mis queridos amigos:

Hoy os voy a a hablar de los viajes, de mis viajes, de mis futuros viajes. Atrás quedaron Dasy y la Conga que todavía permanece conmigo sin todavía saber a ciencia cierta cómo apareció en la puerta de mi casa. Parece cansada, ya no recorre los suelos con el ímpetu de antaño, ahora casi siempre va con el ánimo bajo y la batería no terminar de darle la energía suficiente para que me conteste con sus alegres ocurrencias. La verdad es que la echo de menos, ahora cuido de ella, y soy yo la que limpia antes de darle caña para que no tenga que trabajar tanto como antes. ¿Quién me lo iba a decir que fuera yo quien la cuidara a ella?

Sobre mis viajes, he dejado los del Imserso, la verdad es que cada vez que volvía de uno de ellos lo hacia con el bolsillo vacío, el corazón desanimado y el ego y la soberbia por los cielos. Sí, he pecado de soberbia porque me he visto reflejada en los demás y eso no lo llevo bien. Necesito un baño de humildad.

Así que como no tengo este año viajes con ellos he decidido viajar un poco más lejos, esta vez a Los Ángeles, California, Estados Unidos. Allí estaré para la primavera durante 23 días. Pues sí, voy a estar en casa de unos amigos muy queridos que me han invitado a que los visite. Viven en San Clemente, una ciudad a orillas del Pacífico donde nadan a sus anchas algunos tiburones, digo yo que será por eso que la gente que va a la playa no se mete al mar. Debe ser por eso.

A la vuelta de California, me espera un viaje de fin de semana con mis chicas malas que son escritoras todas, así que cuando no se le ocurre una cosa a una se le ocurre a la otra. Nos divertimos mucho juntas.

Hasta pronto amigos,

Sigo con la vida y os voy contando.

Frase del día: NUNCA ALGO GRANDE FUE LOGRADO SIN ENTUSIASMO

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