Hola amigos:
Empezamos el nuevo año. Y quiero empezarlo por contar el fin del año pasado que pasé junto a parte de mi pequeña familia. Y fue la más pequeña, Adriana, de nueve años, la que alegró al resto con sus ocurrencias.
Habían faltado a la última cena del año algunos que sí vinieron en nochebuena. Después de las 12 de la noche recibimos sus llamadas y Adriana algo enfadada les recriminó su falta y les recordó que todavía podían venir, os esperamos, les dijo, porque la «pandilla» no estaba completa. ¡La pandilla!, qué gran nombre para una familia, pensé.
Se quedó pensando en qué hacer y nos comunicó muy seria que sería lo correcto que los que faltaban debían pagar una multa de dinero que iría a parar a su hucha. Niña lista.
La animamos a que así lo hiciera porque las faltas de asistencia deben tener su castigo, solo falta cuantificar el importe que espero no pase de cinco euros, pensando en mi por si algún día tengo que pagarla. Ya os contaré.
Hoy sólo os deseo que los Reyes Magos vengan cargados hasta vuestras casas y que os traigan, salud, prosperidad y mucho amor.
Hasta pronto, amigos.