Capítulo 9

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Amigos:

No sabía donde publicar este post y he pensado que todo lo que me pasa, siento y vivo pertenece a mi Diario, porque forma parte de mí.

Hoy os voy a hablar de la esperanza en toda su amplitud. La esperanza de un mundo mejor, la esperanza de una vida sana y larga, la esperanza de disfrutar de tus seres queridos y que mientras viva deseo que no quiero tener que decir adiós a nadie más, que yo me quiero morir antes que los míos porque no estoy preparada para otra pérdida y con esa esperanza vivo y muero. He estado estos últimos días aferrada a la esperanza esperando un milagro. Y el milagro no llamó a su puerta.
Algo ha pasado en mi vida, que no acierto a comprender ni a aceptar. No quiero, no puede nadie decirme lo que tengo que sentir, porque nadie soy yo. Solamente existe un yo que soy yo.

Tonteando andábamos como niños el pasado noviembre, con las cosas del amor, mientras decidíamos visitar la tierra de Aragón. Y Teruel nos abrió sus puertas y descubrimos a Los Amantes del Teruel como un presagio de la tragedia que se avecinaba, de la pérdida de su vida y mi pena al perderlo a él. Dos meses después de ese viaje, él ya no está. Echo la vista atrás y agradezco haber compartido aquellos días. Compartir ternura, cariño, risas y las cosas del amor fue lo mejor que he vivido en muchos años.
Muchos proyectos se nos han quedado en el tintero del olvido esperando a que pasara esta pandemia. -Nos debemos cuidar, ya tendremos tiempo, me decía- y ahora deberé seguir la vida sin él.
Y me he dado cuenta de la generosidad que me transmitió. Un gran catarro con algo de fiebre me impidió visitarlo y sin embargo era él quien me llamaba para preguntarme cómo estaba, haciéndome sentir especial, cuando era él quien estaba perdiendo la vida. Y lo visité cuando ya no estaba con nosotros y le di las gracias y sentí que estaba conmigo y la paz y la tranquilidad me invadió y noté una caricia en mi alma. Y, ¡cómo le quise!, y ¡como le quiero!

Seguiré escribiendo, también a mano, con la pluma y el tintero que me regaló.

A partir de hoy, cada noche, miraré al cielo esperando encontrarle sentado, colgando sus piernas, en alguna estrella.

Siempre en mi corazón. Mil besos de tinta. D.E.P.

Hasta pronto, amigos.

5 pensamientos en “Capítulo 9

  1. DEP. La vida sigue aquí y fuera de aquí. Tu escribiste: Abre tu mente fuera hay vida, hay energía, hay luz… feliz viaje
    Tu eres fuerte y puedes 💪💪💪💪💪

  2. Hermosas palabras, Manoli. Llegan al corazón. Y sé que así es como te sientes. Tienes todo mi apoyo y mi cariño, amiga.

    Cristina

  3. Manoli, el amor siempre quedará albergado en tu corazón. Vive para recordar los cortos aunque buenos momentos. Deja abierta la puerta de la esperanza que dicen que es lo último que se pierde.
    Un abrazo de algodón enredado en tus besos de tinta.
    Teresa

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