Capítulo 35

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Hola, amigos:

¡Qué dura es la vida! Quien me iba a decir a mí que el muerto, el asesinado que buscaba para matar mi curiosidad y ayudar a la Policía iba a causarme tanta sorpresa y dolor. El asesinado ha sido Panta y fui yo quien descubrió su cadáver cuando por la noche le llevaba la bandeja con la cena. Le habían asestado varias puñaladas mortales. Sé que la Policía anda perdida buscando a su agresor, aunque ellos no quieran reconocerlo. Yo sé que el asesino ha sido Leo. La Poli, dice, que es imposible puesto que Leo se marchó de España. ¿Seguro? Supongo que lo estarán investigando a fondo… Leo le dio una paliza a Panta para conseguir las llaves de mi casa que él guardaba y así desvalijarla. A Leo lo expulsaron de España después de juzgarlo. En teoría debería estar en su país cumpliendo la condena que le impusieron los jueces en España. A saber.

Mi corazón está sobresaltado, esta vez la sorpresa inesperada también ha sido mi Conga. El mismo día que apareció el cadáver, subía feliz para contarle a Panta que mi robot había aparecido en la puerta de mi casa.

Y me fui a pasar unos días a Madrid, a ver si me tranquilizaba. Al volver descubrí otra tristeza más: Deisy ha desaparecido. La dejé en casa de mi hija al cuidado de mi nieta Adriana que ya tiene 11 años. Sé que le ha dado mucho cariño y cuidados sacándola a pasear por encima del escritorio, porque claro, un caracol no puede andar como otros animales. Debió dejar la tapa abierta por algún lateral. Al día siguiente Deisy ya no estaba. Me dicen que miraron por todas partes, que buscaron tutoriales en internet para averiguar donde se podría esconder un caracol huido de un bote de cristal en un escritorio y… nada. Mi nieta, no para de animarme, me dice que Deisy se ha ido en mi busca porque me echaba de menos, aunque ella le hablaba y le contaba que yo vendría pronto y que nunca la abandonaría, que ya sabemos que los animales cuando no te ven creen que los abandonas. A veces me dice que Deisy buscaba ser libre… Así que mi viaje a Madrid, que creía que me iba a venir bien para despejarme y olvidarme un poco de todo, me ha dejado huérfana de caracol. Mi nieta dice que me va a regalar otro caracol y que le vamos a poner el nombre de Matilda porque sabe que me gusta, y yo, ahora me dedico a comprar lechugas envasadas, porque fue en una de ellas donde me encontré con Deisy, y ya llevo diez, intentando encontrar entre sus hojas algún otro caracol a quien cuidar.

Ahora, cuando vuelvo a casa solo tengo a mi Conga, de cuya vuelta no encuentro explicación todavía. Quien me lo iba a decir que al final estaría solo acompañada de un robot y de un montón de lechugas.

Sigo con la vida y os voy contando.

Hasta pronto, amigos.

Frase del día: SI PERMITES QUE OTROS TE ENFADEN, ENTONCES TE HABRÁN VENCIDO.

2 pensamientos en “Capítulo 35

  1. Deisy se ha ido a buscar mundo, eso de estar en un bote… cualquier lechuga o brote verde le habrá ido bien, pero con esta sequía que hay igual está en cualquier maceta que su querido o querida ama la riegue cuando toque.
    ¡Ay, amiga! En cuanto llueva un poco salimos al campo y buscamos caracoles… y nos hacemos una arroz con conejo y caracoles.
    He dicho.
    Muacks….

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