Hola, amigos:
De nuevo estoy con vosotros. A veces me quedo abstraída recordando, sobre todo instantes felices. Es una suerte que lo malo se evapore pronto de mi mente y mi corazón, también recuerdo a las personas especiales como la que a continuación os voy a relatar.
¿Os acordáis que en el capitulo anterior os hablaba de la vida regalada de la que disfruto desde hace diez años?
El culpable es mi amigo Vicente M., que ejerce su trabajo aplicando la medicina integrativa, al que llamo el Productor de Milagros, porque realmente hace que al ejercer su trabajo, aparezcan resultados espectaculares (milagros). Gracias a él, llevo una vida regalada desde hace tanto tiempo. Trabaja en su consulta entre otras, con la Bioterapia Integrativa Inerget. derivada de la energía universal.
En ese tiempo, apareció en mi cuerpo una enfermedad degenerativa muy dolorosa a la que debía añadir una fiebre alta casi constante, para la que según la medicina no había cura. Hoy tampoco la hay. En la última etapa y dado el dolor tan intenso que sufría, me ofrecieron la posibilidad de ingresar en el hospital un día cada dos meses para tratarme con calmantes de largo recorrido. No había otra opción me dijeron. Nunca ingresé, emocionalmente tenia que digerirlo y quise esperar un poco antes de tomar la decisión pues confiaba en una mejoría. En esa espera apareció el Productor de Milagros, me sometí a su tratamiento y en dos meses y poco a poco fueron remitiendo los síntomas hasta desaparecer. Desde entonces, mis valores analíticos están dentro de la normalidad y no he vuelto a tener ni siquiera un leve dolor.
Y me pongo a pensar muchas veces en que he sido bendecida para curarme. Hoy, procuro vivir el presente, recuperarme de la última pérdida porque contra ella no puedo luchar y continuar recordándolo con cariño. Y al recordar los milagros, estoy convencida de que este camino que me queda por recorrer tengo mucho que hacer y que decir. Se preguntarán ¿Por qué yo he tenido la suerte de encontrar el Milagro? Se preguntarán ¿Dónde está?, solo tienen que buscarlo.
Por mi parte agradezco por todo lo que ha venido, viene y vendrá a mi vida. Las pérdidas forman parte de este engranaje que se llama Universo. Y hoy, sin duda, tengo que agradecer que esa persona haya pasado por mi vida y yo pueda haberla disfrutado su espacio y tiempo. Una suerte del Universo.
Gracias, gracias, gracias.
Sigo con la vida y os voy contando.
Hasta pronto, amigos.