Capítulo 37

Hola, amigos:

Deisy no va a volver, hemos encontrado su caparazón y su cuerpo ya no estaba, se había volatilizado. Seguro que está en el Cielo de los caracoles jugando a las carreras porque seguro que ahora tiene alas y puede volar. Es lo que quiero pensar.

Todavía me estoy recuperando de un cumpleaños que gracias al marido de la cumpleañera, cuyo regalo consistía en un fin de semana con nosotras Las Chicas Malas, hemos celebrado en un apartamento de El Campello (Alicante): recogimos las llaves en el buzón habilitado y allí nos adelantamos dos amigas a poner los adornos para el recibimiento. Al subir las demás nos encontraron bailando al compás de parchís y de su cumpleaños feliz, tomamos cava, bailamos y reímos. Las maletas seguían en medio del salón esperando su destino final. Al final de la tarde y cuando ya caía la noche, cada una eligió una habitación, salvo Cristi, que se quedó en el sofá cama.

Buscando la caldera fuimos a parar a un cuarto donde se almacenaban los útiles de limpieza y allí entre botellas y cubos encontramos un zapato de hombre, ¡qué raro, pensamos!, pero no solo estaba el zapato, también estaba su pie descalzo y su cuerpo entero, estaba muerto, !habíamos encontrado a un asesinado! precisamente el fin de semana que un grupo de amigas nos reuníamos para celebrar y divertirnos. Es verdad que yo buscaba desde hace tiempo a un asesinado, pero mira, sin buscarlo, nos lo encontramos. He dicho asesinado porque estaba claro que si estaba escondido en aquel pequeño almacén y con una herida sangrante en el pecho, estaba claro lo que había sido.

Después del susto, los gritos de todas nosotras, nos pusimos a pensar en que debíamos llamar a la policía, bueno no, estábamos en un pueblo y le correspondía a la Guardia Civil, y pensé «otro Cuerpo estupendo al que no conozco» ya es hora de que lo conozca y eso me animó.

Vinieron de inmediato, allí ya no cabíamos, nos invitaron a salir y me indigné. ¿Por qué?, era nuestro fin de semana todas juntas de celebración, habíamos descubierto un crimen y nos querían echar. Dijimos que no, si a cambio no teníamos otro apartamento o «chalet» donde trasladarnos y alguna otra ventaja por las molestias. La verdad es que solo queríamos quedarnos el máximo tiempo posible para investigar, ahora ya no era yo sola, ahora éramos cinco y todas juntas formábamos el mejor equipo.

Comprobaron que el asesinado era un anterior turista pero que no lo fue en el apartamento, allí apareció después de haberle dado muerte en una playa oí decir pues su ropa y cara tenían restos de arena. Parecía que había sido asesinado en la playa y depositado después en el cuarto de limpieza, o sea en el cuarto de la plancha porque allí había mucho que indagar.

Y allí pasamos la noche, entre la Guardia Civil, el médico forense y los funcionarios que llegaban a cada momento, los que no eran guardias civiles, que iban de paisano vestían pantalones vaqueros con un jersey encima, no vimos en ningún momento ningún detective bien planchado. Hay que ver cómo está el servicio. La pregunta era quien y por qué. De eso se encargaba la Guardia Civil. Eso sí, se portaron muy bien llevándonos en un furgón de la guardia civil, muy divertido por cierto, pues la gente se quedaba mirando el vehículo y nosotras en agradecimiento les saludábamos con la mano después de bajar las ventanillas. No entiendo el por qué la Guardia Civil nos miraba mal. A la gente solo les faltaba aplaudirnos, hubiera estado bien haber oído sus aplausos, al fin y al cabo nos habíamos convertido en colaboradoras en las pesquisas de un asesinato…

Y nos llevaron a una chaletito un poco apartado del centro del pueblo, muy acogedor, con todo tipo de comodidades. Pensamos que estaban comprando nuestro silencio, pero claro, yo pienso eso porque como sabéis, soy investigadora de asesinatos, aunque últimamente no tengo mucho trabajo.

Quedamos en estar localizadas para cuando de nuevo nos llamaran para aclarar alguna duda del asunto y allí pasamos los días de cumpleaños, esta vez recordando la aventura y disfrutando del entorno.

Bueno amigos, ya me despido, han sido unos días muy intensos. Nos vemos pronto, mientras tanto, sigo con la vida y os voy contando.

Frase del día: LA NECESIDAD ES LA MADRE DE LA INVENCIÓN.